En los Encuentros con Cristo de Kínder, los niños aprenden que todas las cosas de la creación son huellas que nos conducen a Dios. Mediante juegos, dinámicas, porras, cantos y momentos de oración, se les habla de cuatro caminos para llegar a Dios. El primero es “Con los ojos abiertos”, puesto que esto nos permite descubrir a Dios en todas las cosas que nos rodean. El segundo es “Con los ojos de la fe”, porque, siguiendo el ejemplo de los Reyes magos, debemos tener fe en Dios que nos envía señales, para llegar hasta donde se encuentra Jesús encarnado en los niños pequeños y frágiles. El tercero es “Con los ojos cerrados”, porque el silencio y la actitud de meditación nos hace posible sentir que Dios está vivo y presente en lo más profundo de nuestra mente y corazón. Y el cuarto camino es “En los demás”. Este último sirve para que los niños tomen conciencia de que Dios está presente en todas las personas, por lo que es importante hacer el bien, ayudar y ser solidarios con todos.